domingo, 22 de abril de 2012

Significados de palabras sobre la Independencia

Primer Imperio:
El Primer Imperio Mexicano fue el nombre oficial que recibio el México independiente bajo el régimen monárquico del general Agustin de Iturbide "Agustin I de Mexico" desde el año 1821 hasta el año 1823. El territorio del Primer Imperio Mexicano se formó a partir de las provincias e intendencias continentales del Virreynato de Nueva España y de la antigua Capitanía General de Guatemala. Poco después, México se declararía una república, pero luego volvería a la monarquía durante el reinado del austriaco Maximiliano de Habsburgo (Segundo Imperio Mexicano).

Logia:
La Logia es esencialmente EL LUGAR DONDE SE ENSEÑA POR LA PALABRA (locutorio) y donde se busca la Luz, como el Evangelio de la Iniciación, el de Juan identifica El Verbo (logos) con la Luz "Aquel que era Luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo".

Centralismo:
Esta corriente del pensamiento está vinculada a la centralización política o administración de un territorio.
La noción de centralismo, por lo tanto, refiere a un sistema de organización estatal en el cual las decisiones del gobierno proceden de un único centro, sin tener en cuenta a los diferentes pueblos que afectan. Esto quiere decir que el gobierno central es el responsable de las decisiones políticas.
Es posible distinguir entre el centralismo puro y el centralismo desconcentrado. El centralismo puro es el modelo que apuesta por la unidad administrativa, política y territorial. En él, el poder central dicta todas las normas y gestiona los servicios vinculados a la administración del país. El centralismo puro se justifica a partir de la necesidad de mantener la unidad y la cohesión nacional.
El centralismo desconcentrado, por su parte, se basa en el traspaso de la titularidad de una competencia de un órgano administrativo a otro órgano de la misma administración pública, pero independiente jerárquicamente.
Se conoce como centralismo democrático al modelo de organización de los partidos marxistas-leninistas, que combinan el centralismo en la toma de las decisiones con la democracia para maximizar la eficacia. El centralismo democrático, en este sentido, se opone a la burocracia y a las formas de organización de otros partidos marxistas.
Las decisiones del centralismo democrático se discuten en órganos de diferentes jerarquías, donde los debates circulan de abajo hacia arriba y viceversa. Esto supone que, aunque la decisión se tome en la jerarquía superior, el intercambio de opiniones posibilita la participación de las bases en el poder.

Federalismo:
Etimológicamente el origen del vocablo Federalismo proviene del latín foedus-oris que significa unión, alianza, pacto, acuerdo. En este sentido, el término federalismo hace referencia al “arreglo político institucional basado en una distribución funcional y territorial del poder entre un ámbito central y ámbitos locales (estados, provincias o territorios) independientes o federados, los cuales participan de un pacto que se sustenta en la Constitución”.
Siete Leyes:
Las Siete leyes o Constitución de régimen centralista de 1836, fueron una serie de instrumentos constitucionales que alteraron la estructura de la naciente República Federal de los Estados Unidos Mexicanos, a principios del siglo XIX. Si bien fueron promovidas por Santa Anna que con licencia en el cargo de Presidente de México intrigaba desde su hacienda Manga de Clavo en Veracruz, las leyes fueron promulgadas por el Presidente interino José Justo Corro el 30 de diciembre de 1836. Estas medidas de corte centralista ocasionaron la declaración de independencia de Texas, la de Tamaulipas y la de Yucatán. A pesar de la tendencia conservadora, las leyes contemplaron la división de poderes.
Con base en las Siete leyes, se estableció un cuarto poder: el Supremo Poder Conservador, el cual fue integrado por cinco ciudadanos. Estos deberían de haber desempeñado la presidencia, vicepresidencia, o bien haber sido senadores, diputados, secretarios de despacho o ministros de la Corte. Este cuarto poder tenía la facultad de regular las acciones de los otros poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), bajo el argumento de que sus integrantes tenían la capacidad de interpretar la voluntad de la nación.

Revolución Industrial:
La Revolución industrial fue un periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, en el que Gran Bretaña en primer lugar, y el resto de Europa continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad, desde el neolítico.
La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por la industria y la manufactura. La Revolución comenzó con la mecanización de las industrias textiles y el desarrollo de los procesos del hierro. La expansión del comercio fue favorecida por la mejora de las rutas de transportes y posteriormente por el nacimiento del ferrocarril. Las innovaciones tecnológicas más importantes fueron la máquina de vapor y la denominada Spinning Jenny, una potente máquina relacionada con la industria textil. Estas nuevas máquinas favorecieron enormes incrementos en la capacidad de producción. La producción y desarrollo de nuevos modelos de maquinaria en las dos primeras décadas del siglo XIX facilitó la manufactura en otras industrias e incrementó también su producción.
Así es que en la Revolución industrial se aumenta la cantidad de productos y se disminuye el tiempo en el que estos se realizan, dando paso a la producción en serie, ya que se simplifican tareas complejas en varias operaciones simples que pueda realizar cualquier obrero sin necesidad de que sea mano de obra cualificada, y de este modo bajar costos en producción y elevar la cantidad de unidades producidas bajo el mismo costo fijo.

Waterloo:
Pérdida de la honra o fortuna; ruina (por la derrota del ejército francés de Napoleón por un ejército formado por tropas prusianas y británicas (18 junio 1815) en Waterloo (Bélgica), al S de Bruselas. Tras la derrota Napoleón se trasladó a París, donde al poco tiempo abdicó).